Venganza, quiero venganza!!!
En el plato caliente y desbordado.
Nada destemplado en las pasiones compensa.
Comer las víceras de los carnales desalmados y mojar el pancito rellenado de miga, dispensando las acostunbradas migajas con las que nos viven contentando.
Pan amasado por el diablo, difamado tantas veces, mostró ser un gran panadero.
Beber a borbotones el bourbon hirviente en la yugular de los terratenientes, desterrarlos y enterrarlos.
Latiendo sin bozal, hilo rojo mordido desde la comisura de los labios rojos y la blanquecina rabia del despojo. Albirojo.
Y qué la mayoría pobre se alimente del desproporcionado acopio de abundancia en los platos hondos de porcelana china de las minorías ricas y de sus descendientes.
Todos juntos al unísono golpeándoles a puño limpio la puerta grande hasta tirarla abajo.
Y qué el mayordomo, la muchacha, el chofer, el jardinero, los guardaespaldas también se sienten a la mesa. Desagraviarlos.
Comer con la boca abierta y hablar con la boca llena, que la educación, la etiqueta, los modales y las buenas costumbres, empiezan por casa. Por la tuya, de pedigrí francés.
Acción de sometimiento constante justificada, reacción incontrolable esporádica es salvaje.
Estado de emoción violenta, nos protege de la ley. Atenuantes , por lo menos.
Una raspadita tras otra, espectativas en la monedita arañadole la cara a la negra suerte que de antemano nos esquiva como sabiendo de nuestras necesidades.
Y qué el megaempresario viva flagelado por un salario mínimo, o mejor, desempleado, con sus propias y prácticas recetas y pruebe sus portentosas medicinas, su racionado aceite de ricino que le despierte el hambre, imponerle sus dietas de adelgazar y mantenerles la buena forma física. Barriguditos.
A los jueces, como dioses caidos que les caiga todo el peso de la ley, la espada de Damocles y que los juzgue el pueblo sin más vendas en los ojos que la revancha adquirida.
Represión a los acostumbrados a exprimir, comprimir y reprimir, canes adiestrados en bandos cobardes de patoteros uniformados impotentes armados, a la perrera municipal.
Paredón, paredón a todos los milicos que vendieron la nación, pedía el pueblo. Otros tiempos.
Sin olvidarnos de sus secuaces socios civiles que continuaron robando , almacenando riquezas y gobernando.
En bairro Norte se escandalizan con el aluvión zoológico de Borges las señoras paquetas ahorcadas en sus collares de perlas. En sus bibliotecas faltaron los Neruda, los Cortázar, los García Márquez.
Libertad al Laucha, ratero ladrón de gallinas y a Manzanero, que robababa corazones y manzanas.
A los aborígenes, sus tierras amadas, sus montes, sus ríos, sus gritos de guerra, sus creencias encarnadas y desencarnadas y que el que pierda sea el carapálida invasivo de una buena vez y por todas. Bajarlos del caballo. Escalparlos.
A los negros, sus tambores, cánticos y alegrías, posibilidades en esta vida, el alba del libre albedrío, el placer reprimido de sentirse digno, el orgullo de su piel y los mil perdones que nunca serán suficientemente compensatorios.
A las mujeres la propiedad de sus cuerpos sin tanta burocracia, trámites y papelerio.
El nombre, sobrenombre y apellido con el que quieran ser llamados, los diferenciados, los diferentes, los diferidos, los diversificados, en las identidades, en las intimidades, en las extremidades de sus dedos y en las integridades que los hagan sentirse gente.
Tener sexo, es una cuestión de elección
.Y que cada uno en su cuarto haga con su culo lo que le de las ganas.
Al que quiera religión, que la siga comprando en cuotas eternas con intereses indexados, por la televisión, en templos, iglesias, mezquitas, sinagogas, que la oferta es generosa y es lo que más sobra en el stock del mercado devaluado de valores.
Feroz santa fe, acepta tarjetas de débito o crédito, cheques o efectivo. Poder metafísico.
Amargo limonero de limosnas de jugosas propinas por los servicios prestados.
El precio de salvar el alma. La foto del producto es apenas ilustrativa, reza el prospecto.
Publicidad engañosa de paraísos terrenales celestiales.
Atender al poderoso sin privilegios, como él nos trata, acorralarlos en un siniestro callejón sin salida y darles un trato en un mano a mano.
Descalzar al político y hacerlo caminar por el barro, los basurales, en las márgenes del margen y que viva a pan y agua. con nuestros rotosos atuendos de prestado, en casillas improvisadas junto a sus hijos mocosos y con las cara sucias y que nos hable de amor, esperanza y futuro, si puede y si le quedan ganas.
Borrar las fronteras que los evangelizados colonizadores civilizados trazaron a cruz y espada, después de descubrir lo que ya había sido hallado por los que ya estaban, para separarnos de nosotros mismos y de nuestros pares, de nuestras raíces originarias ancestrales, para domesticarnos.
El ombligo del mundo y de la Luna saqueados. Además de robados, nos queda el inmenso agujero negro en deudas para pagarles el costo del atraco.
Abrir los ojos, adueñarnos y poseernos, que no tenemos porqué hacer lo que no queremos.
Humo negro por humo blanco. Cambiar las señales dispersadas en las nubes de los cielos.
Filósofos e intelectuales por sobre los periodistas mercaderes mercenarios y sus carnes podridas traidas desde los mercados.
Sentimentales perturbados soñadores artistas por encima de los pragmáticos matemáticos erráticos.
Arrancar las hojas y rehacer la tarea. Esta vez con buena letra sin manchones ni borrones.
Kaos ganándole a Control.
Ese, del agente imbécil pero simpático, de la frívola y sumisa compañera risueña y del robot manipulado, prototipo del nuevo humano inculcado.
Ver al coyote devorándose al correcaminos en el árido desierto del desdén.
Silenciando finalmente el irritante y altisonante bip-bip.
La victoria de los perdedores.
Con la sangre en el ojo.
La venganza será terrible. Vaticinan.
M.O.V.
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