Densa y serena noche de sereno.
Humedales bajo crostas añejas curtidas y quebradizas.
Calurosa arenga la arena endureciendo los estoicos cueros estaqueados de los obreros.
Rajado chaparral venciéndole a las dunas de una en una.
Bosquejo del bosque sin destaque para el árbol forajido de la generalidad.
Momentos cruciales crucificados en la cruz por los cruentos creyentes y sus cuentos.
Duele el alcanfor que no huele,encajonado al olvido.
Fino polvo del amor entre desnudos dedos muertos, entre los restos, como brillantina demodé.
Tanteándonos impúdicos, soterrados en lascivas angustias desvirgadas y fugitivas, recordamos.
Rabioso vozarrón ladra adentrado y brutal muerde enceguecido a quién lo alimenta.
Sacar el ruido para afuera junto a la basura antes de que se pudra todo dentro del horario previsto.
Vil villero villano víctima penitente pendiente de un plan.
Preciada precabida clandestinidad preciosamente ausentada.
Folclórico idiota guitarrero al gobierno.
Tocando de oído y todos al bombo.
La grana y la torta en la mesa del poder.
Sátira del sátiro, satírica lo avergüenza.
Telegráfica. Entre líneas y puntos, puntos y líneas.
Acomodado en su sillón, el comendador cuatrero cuatro ojos conservador baboso observador.
Mulata ama de leche blanca, amamanta sin prejuicios al patroncito. Sonríen.
Su esposa, bella, recatada, pura, de hogar, conciente consiente.
Acércase impertérrito pretérito en prepotencias pretenciosas.
Caterva de acéfalos cuerpos encapuchados en cacería por el caserío, al mando del mandamás, huroneando y cautivando a los diferentes. Caza por casa.
Tradicional tertulia puritana precede al promiscuo bailongo.
Algo de ritmo al algoritmo del defectuoso rompecabezas humano humeando. Faltan piezas, y las figuras, figuritas imperfectas.
Mundanidad permitida a unos pocos. A los impolutos aburguesados hombres blancos de bien.
Tieso callo en el calidoscopio noticiado que acopia entretenimiento y distracción para las masas de encandiladas miradas ingenuas inoperantes e incapaces.
Plumín ensangrentado, calca en carnes las inexistentes fronteras de lo cierto y lo errado, las cóncavas y convexas razones irracionales, las varas torcidas de las injusticias justicieras.
Se desparrama del tintero tinte tinto tinta china en el papel secante mapamundi de desproporcionadas proporciones. Borroneado todo.
Predestinado prestidigitador de pretemporadas.
Pellizcate, despertate.
Letal letargo el que cargo.
Resabios de un sabio, abúlico abolido, sordomudo crudo y gestual.
Metabolizando el boludismo, el alcoholismo, el surrealismo, el neoliberalismo.
El despojo de tus ojos, el desarraigo belicoso del ser.
Complicado ser un yo de estos.
Cuando menos lo piense, todo habrá terminado.
Siempre sucumbe la cumbre al último paso.
Somos todos los que estamos, estamos todos los que somos.
Vieja, poné los fideos!
M.O.V.
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