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Foto del escritorMario Vidal

Séneca





Eriza tanto azar al azar.

Mateando la espera. Cuchillada agridulce.

Con el tiempo a cuestas, cuesta.

-Recuéstate un rato, me dice, para descansar -

Narcosis derivando en necrosis. Amputarla a las puteadas.

Advenedizo día. Levantarse con el derecho. Hay que trabajar.

Heraldo agobie desde la primera plana al despertar.Clarín estridente.

Cacatúas parlanchinas en la tv y en la radio.

La tropa enderezada y encauzada.

Salte de la piecita pudibundo por el mundo, salte de la Cindor y el candor.

Exorcisarse de tanto puritanismo banal.

Estoico Séneca.

Épico anonimato me alcanza.

He bebido libros, litros y litros de ellos.

Acopiadas botellas vacías en un estante, decorándolo, me recuerdan.

Inebrio se ve mejor lo que en apariencias se esconde y se miente.

Trapaceros trapecistas. Ajedrecistas.

Enhebro enhestados para continuar en la lucha activa, lado a lado.

Miro a travez del ojo de la aguja para guiarme.

Puntadas sin hilo.

La impoluta herida absoluta se supera y supura.

Desagua y alivia su pulsar hasta hincharse de nuevo.

Palimpsesto mío, raspado lo apropiado de lo ajeno aparece lo tachado, lo originario.

Píldora abajo de la lengua, vocinglero, no me detengas, vocifera fiera.

Nacido en cautiverio, hasta el convencido convicto siente miedo cuando se abren las puertas de su invernáculo a la libertad. Persuadido, finalmente, sale y es perseguido.

Desprecio, el precioso precio a pagar, es lo que tiene de seguro.

Quién es más miserable en las riberas de la grieta? En lo más alto o en lo más bajo?

Lobreguez es depender de la buena voluntad de otro ser humano sin escapatorias.

El sol se consume en sus fuegos y asimismo muere.

Su faz de centellas muertas en andanza eterna en medio de la multitud del eter.

Deidades dentadas regurgitan sus creaciones repodridas. Aversión a su propia versión.

Altivo atisbo sermoneante se presenta en el púlpito. Cabezas gachas.

Dos payasos. Uno de azul, blanco y rojo, el otro de verde amarillo. No saben lo que dicen.

Igual se la creen y se les cree.

Sobina caoba clavada en tierra aborigen se planta. Somos del mismo palo. Viva selva.

Digan lo que digan. Hasta la muerte.

Envidia es la que carcome en vida al que no tiene vida.

-Qué no se diga!-

M.O.V.

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