Alevillas sobrevuelan rasantes las villas esperanzando, tras los diques para indisciplinados. En el arco de enfrente, indolencia que duele, sarcasmo enfrascado y suelto. Trapos rojos de un lado, en el infierno. El tiempo favorece a los genocidas del otro. Querellas es lo que quiere ella, sin embargo, sin embargos para los amigos del poder.
Un vil vinilo rueda un verso que en vilo me deja en vela. rezume la vela que nos vela .
Despotricar contra la pureza del algodón de manos sucias. Cuatreros a los cuatro vientos, los dueños del ganado mal ganado. Capataz capaz de capar sueños carneados. Cancro fascinante el fascista en su insulsa salsa de prejuicios y moralidad.
Nada mío, por acá.
Sujeta a las mujeres el sujetador social y se sujetan a sus sentimientos. Ama de llaves, decidan a quién se les abre y a quién se les cierra.Gineceo.Bendito entre todas ellas.
Pingante, menguante, el suero de terapia intensiva.
Fisonómicamente desfigurado. Las lágrimas se dejan ver más, en las pieles oscuras.
El decente sin corbatas ni uniformes, sin togas ni tocas, sin sotanas ni mantillas.Para qué vestir al santo.
A imagen y semejanza del señor, no somos nada.
Aversión a la versión oficial.
Diableros son changarines en México. Cargan lo que nos pesa.
Jurar de pies juntitos, crucificando los labios calladas palabras, dedos descruzados en las manos sin estigmas.
Al compás de la compasión, degollados por Goya en un Saturno voraz, devorador de hijos. la república. Andá a cantarle a Magoya.Para sanarnos, trepidante tridente que nos pincha y nos hincha las pasiones.
La selva más salvaje es la que tala sus árboles para el crecimiento.
Advenimiento del viento. El molino y sus remolinos. Vientito y vinito pegan para secarnos, porque nos quieren nos aporrean.
Olas de lluvia marean al tejado. Nubes de café que vuelven recuerdos.Miradas partidas que ya no pueden unir ni regresar.
Zapatos de espato para vislumbrar sin espanto el camino mejor.
Sin pertenencias, me pertenezco.
M.O.V.
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