Adversario, enemigo, rival, oponente, antagonista, opositor, contrincante.
Me voy acostumbrando, acomodando, aclimatando, ajustando, adecuando, habituando.
Unívoco invocado en equívoco incubado en seísmos.
Corcoveos de retobado ochomesino.
Malasangre de pura sangre ensuciada.
Estatutos estatistas establados en el tiempo.
Ya no quiero tener razón.
Creer o reventar.
Soy un reverendo reventado. Sapo de otro pozo.
Alegorías de la alegría abstraídas de lo abstracto.
Perdí la dirección, y de mis llaves, ni noticia.
Es menester una meretriz en el santo sepulcro.
Salomé y su danza de los siete velos que revelan y desvelan.
Abran los siete sellos de una buena vez. Bájense del caballo.
Qué suenen las trompetas y a las trompadas que empiece la fiesta.
Brindemos con las siete copas con todos los pibes de la cuadra.
Atreverse y a través del culo de una botella mirarnos a los ojos.
Bancate ese banquete de bancarrota, bacán, en la puerta de tu casa.
Apunados apiñados a puñados empapados y empañados.
Vivimos emborrachados en una resaca continuativa.
Somos sudacas, africanos, asiáticos del fondo del tarro del mundo.
Peones al muere del ajetreado ajedrez universal. Los negritos que vamos al frente.
Los chasquidos de los chascos ya no nos son sorpresa. Un fiasco tu raído espectáculo traído.
Desmandados de los demacrados mandamientos demandados.
Cuero curtido estirado al sol y a latigazos de los cuereados.
El miedo es de los otros. Miedo para creyentes enfrascados.
Para enceguecidos por la oscurantista oscuridad.
Amén. Qué así sea. Ojalá.
El último que apague la luz.
M.O.V.
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