Caída, hallada racha hachada.
Hace tiempo que de ese árbol se hace leña.
Paño verde empañado y ni de carambola sale una.
Haciendo de cuenta como que no me tenés en cuenta, date cuenta.
No me cuentes y no me lo cuentes. El cuento del tío es un cuento chino.
No todo el pueblo quiere saber de que se trata. A la mayoría, pan y circo.
El monito y el organito, la misma cantinela, por una moneda la monada.
Carne podrida envuelta en amarillentas hojas de diario multiusadas.
Hocico afiebrado, te olfateo de lejos, te gruño si me pasas cerquita.
Remusgando sueños peores, anochecí anoche mandado a la cucha.
Un chiche, un hueso, un palito. Qué más? Chuchos de frío y de miedo.
A qué y a lo qué aloqueces? Mirá que al que le toca le toca.
Celebro al cerebro atento, tantearlo un tanto cada tanto.
Me duele entre el pulgar y el índice.
Inoportuno, si no te importa.
Reíte de mí y reíte conmigo.
Quédatelo, es todo tuyo.
Apremiado por un premio.
No me conforman las medallas.
La belleza aciaga a ciegas, ciega.
Descascado el cascarrabias cascado.
Chapado a la antigua vino el chaparrón.
Chapa y pintura, granizando al chaperío.
Lo que hace al hombre es la muerte inevitable.
Predigo y perdigo.
Un bis al vis a vis.
Una más y no jodemos más.
Mal evitas el deseo que te habita.
Lo acostumbrado. Clásico y formal.
Me lo repito, me repito.
Me importa un pito.
M.O.V.
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