Veneno venerado el que bendice, ostia!
Paradigma el paladín de la injusticia, dictado de dictador no se deja cuestionar.
Fumantes inciensos consumen las arpías manos del maldito malestar.
Ecuos ecos ecoan en si mismo y se repiten inmorales, son sobrevivientes.
Maloliente inmundo mundo de repodridos humanos.
Pataleando en el patíbulo.
Esculpido para adentro.
La autosatisfacción es amor proprio, propiamente dicho. A solas.
Idéntica identidad en la punta de los dedos.
La admiración y el respeto los padres del amor, huérfano muere súbito.
Sangre en papel.
La perla en la concha escamotea lasciva satisfacción en pechos y lechos.
Aureolas hinchadas hambrientas de bocas. Encintas encintadas con cintas bebé.
Almíbar de dulce espera. Bébela bebé, bebe.
Ema toma, para curar sus hematomas.
Melodía de mediodía.
Diáfanas diapositivas diabáticas, sabáticas, se dejan mirar.
No traje mi traje de monstruo, qué asusto igual.
Los fantasmagóricos fantoches de la nostalgia y la añoranza jaquean a la temerosa tímorata realidad, se esfuma camuflada en humos de bar. Dame un mate.
Aflicción por la afición por la ficción.
Obrero del arte. Poetas matan.
Interpretar interpretando.
Exponente exposición.
El destino de la madera no debería ser apenas leña.
Nigérrimo horizonte.
Y si la luz del final del túnel es la que nos da a luz?
Gritos al nacer, miedo de morir.
Al final, un nuevo inicio.
Venerado veneno el que bendice, ostia!
M.O.V.
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