Por el redondeado agujero de una arandela un tornillo de locos.
Un ofri frisado en el alma. Qué fresquete. Invernando en lo inacabado.
Cementados cimientos simientes de hermanados huérfanos de difrentes padres.
Aparecido costillar de los castillos en el aire y el caracú entre los huesos.
Una yunta de mala yunta.Discordia descontada.
Desencasillado encasillado.El eco de lo desamueblado.
En construcción la decostrucción.Le pega el sol y hace sombra nada más.
Al albor del alba albañil laborioso.
Un parpadeo, paredón que se me pasa, paradero perdido.
Reviendo por el retrovisor reviento en viejos vientos un revidar de vida.
Un pase y un ladrillo. Esperando la pared. Una por lo menos. La levantada.
Se aplomiza la jornada. La plomada aploma el andarivel del bienandante.
Andar de andariego por lo andamios endemoniados del día adiado el laburante.
Mezcla de mortero y ser parte de esa masa amasada.
Manos áridas hinchadas , surcos calcificados, acallados callos.
Fratachado el salpicré en sus aristas sobresalientes para no levantar cabeza.
En la fresta falta luz y en uno falta de todo.
El color, sea el color que sea, pero que entre para alegrar.
Media naranja medio partida. Pulpa reseca para sacarle el jugo.
El Brillo escueto del bioluminiscente inconciente se empieza a apagar.
Meta pensar el meticuloso.Milita mítica la mitomanía ambulante.
Fragua tregua.
Obra un asadito de obra. Extrañada entraña.
Achura a sus anchas en la parrilla. Aceitoso lo aceptable el obrero.
De dorapa, se come callado el choripán con chimichurri.
Desembocadura del pico en la boca el bálsamo rebalsado.
Linea de la costa y la propia morada en una moratoria demorada.
Una escalinata que nunca será una escalera al cielo.
Hoy no es ningún día bajo este humo de mes alguno.
Es tarde que se tarda en su tardanza tardía.
Fortuito el envanecer del atardecer. Se viene la noche.
Conticinio continuo. Contingencias del triste fin.
Cascoteándonos el rancho.
El de nosotros, los que construimos este mundo.
Nosotros, los albañiles de media cuchara.
M.O.V.
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