-No me lo vas a creer-
-Si te digo te miento-
Gualichos de guacho macho cabrío.
Desdentado Aníbal caníbal.
Alejandro Magno.
Iván el terrible, y van.
Llamalo como quieras.
Garrapiñadas pepitas de Viva la Pepa apiñadas.
Gemas de geogemidos en los cielos llevás guardadas.
Llagas entre las yemas por las llamaradas, que más llamas.
Amores que queman, como las papas, como el hielo seco.
Macumba brava esta.
Cae la bolsa.
Jugando a ser grandes. Amanecemos meados.
Sonrisas metalúrgicas, liturgia de la vanidad monacal.
Bombadas cáscaras huecas de los monos frente al espejo.
Pegado apego, me despego la Curita, si se quiere.
El devaluarse del baluarte en balurdo absurdo.
Barriendo bardos, dardos y platos rotos.
A pagar los gastos.
Por tan poca cosa.
Tan poca cosa somos.
No cazo una. Ni a palos.
Fuente de palabras, bébelas.
Relamiéndote, degústalas.
Aromatizado armonizado.
El zaguán haciendo agua.
Ventanal frente al vendaval.
Calentitos los panchos. Te late la vena.
Pituco con pitucones en arrodilladas rodillas.
Retomado retorno, camino de vuelta del salmón.
En marcha nomás pero solo entonces.
Marche una de jamón y morrones, con fainá.
Agotado, fundido, tumbado, durante un rato.
Orzuelo en el ojo del oráculo orador.
Te veo mal, como el culo te veo.
Alianza de oro frotada.
Qué para algo sirva.
-Además, nada más-
-Nada, nada-
-Dejá-
La verdad, no alcanza.
M.O.V.
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