Que empezar sea apenas el comienzo.
Hedonismo visceral el que tengo. Onanista espiritual, insatisfecho.Masoquista del gozo ajeno. Usemos las manos y sus mil formas.Satisfagamos nuestro ego porque sí nomás. Y en nuestra placenta, placentero, en pompas viajaremos.
Espejismos, en el espejo apareceremos y en el sosiego racional despertaremos con muecas de Buen Día.
Abracemos porque nunca es mucho abrazo y que tus labios no se sequen si son míos.
Disfrutemos de la fantasía, fantaseemosnos por pura alegría, que la vida es una y una es la vida.Volemos con alas o sin ellas que el placer está en remontarse. Que las anclas, marchitas, enterradas, olvidadas y que la mar nos enseñe su bamboleo sensual y caribeño.
Los amores renovables, los dolores obsoletos.
El tiempo una equis y el espacio infinito, que grande es el mundo y hay para todos. Vivamos que vivir es gratis, morir no.
Alcancemos sin soltar nada, todo es necesario.
Abriguemos, que el frío no para y no espera en estaciones.
Alberguemos que la casa se agranda con los corazones y que no falte agua para el "feijão" que uno más está llegando.
Cantemos , provistos o desprovistos, que talento es cantar y que la música nos acompase y armonice.Y que la rapsodia sea bohemia y nos encuentre en los bares y cafés, recreándola, recauchutándola, modernizándola.
Ser seres, porque no podemos ser teneres.
Que no nos engañen las apariencias que solo quieren aparentar.Aquí estamos y para eso vinimos.
Optimismo, en el fondo hay lugar, y ahí también, todos somos buenos.
Altruismo, y que el dinero no nos espante y nos deje, sin culpas.
Y que seamos culpados por culpar e inocentados por inocentes.
Transparente en la raza, única y portanto , no precisa de días conmemorativos.
No nos mortifiquemos antes de tiempo, el destino ya marcó las horas.
Esperemos por la Esperanza que es la última que se pierde, que nos guíe, que nos acompañe.Además, nunca muere.
Juguémosnos la vida en un match point constante, ganaremos de cualquier modo.
Mostremos los dientes, aunque no los tengamos y peinemos las canas con orgullo que los años no vienen para dejarnos solos.
Y recojamos nuestras siembras, magras o abundantes, que siempre habrá hambrientos. Y qué viva las vivencias, sin desfallecer.
Que los árboles se vayan de copas, pero que vuelvan, que respiramos todavía.
Sin dramas, miremos a la cara de su hermana gemela, la sonriente.
Tatuemos sí, nuestras auras de sentido común y comulguemos con la comunidad en cuerpo y alma.
No midamos las palabras, que no son números para ser medidas. Ni malas, acabemos con ese prejuicio que no existe perjuicio.
Y que terminar no sea el fin.
M.O.V.
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