Algo extraño, ni un alma en la calle.
Se abrió de piernas el telón transparentándose.
Soltera solitaria Soledad.
Bastarda Esperanza hija del miedo.
El yo de mi cabeza no para de preguntar y responderse, contestarse y repreguntarse.
Nos desafía la existencia inquisidora a los que nos ve pensar.
Nublado, claro, oscuro.
El sol ni se asoma por estas horas.
Frío porque agosto es frío y no se importa con la primavera llegando y mucho menos con las manifestaciones feministas.
Húmedos huesos, reuma y trauma.
En el terraplén, con un librito en su mano en alto.
No era Rayuela aunque hablaba de cielo.
No podemos esperar que la iglesia y sus enajenados feligreses se ocupen y preocupen con los problemas y asuntos terrenales y mundanos. No están para esas pequeñeces.
Gloria a dios! Amén!
Es eso o un vaso de agua con azúcar. O un poquito de sal abajo de la lengua.
La tormenta complice complicada me ha traido hasta acá.
Fluctuasiones flatulentas en la meseta mórbida.
Incongruente magnitud de incongruentes.
Tu perfume no se va.
Enanos de jardín.
Me pica el alma, la mía, y ni con las uñas largas me puedo rascar.
Tampoco arañar unas notas entre las cuerdas.
Sin tabla de salvación.
Dónde estarán las mañanas, las tardes y las noches que no las veo pasar?
M.O.V.
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