Es como arrojar botellas mensajeras a un mar lleno de aguas vacias. Alas nubes para treparse a un cielo que ya se quedó sin escaleras y dejarse volar en palomas no tan blancas Hojear, ojear y relogear un libro leído y releido tantas veces como tiempo ha habido. Miradas de guantes blancos, punguistas, miradas chivatas nos entregan sin disimulos y sin escrúpulos.
La de mi abuelo yéndose en agonías lejos de las pilastras refunfuñantes. Me enceguezco mirando al sol, el sol expulsa indiscreciones de impertinentes adoradores, impone una introspectiva desoladora.
Mirada corta con los años , nos desplaza al extremo derecho de la fotografía, de cara al margen, sin horizontes, por lo menos aparentes, con más atrás que adelante. Petrificada ante generales generalizados de jerarquías dispersas en este régimen de facto, volcándose hasta los bañados laicos, inundados de religión y conocimientos en bruto.
Paternal, de barrio, de quién no nace sabiendo y lleva la vida aprendiendo.
Miradas rasguñando párpados de arena,enterradas, aterradas que nos saben encontrar y esporádicamente explotan en pavores mostrándonos como verdaderos pavos reales, amedrentados por lo que duele.
Miradas que se aprietan de las manos que no saben soltar, miradas que amamantan, miradas de quién esperanza.
Hirientes que sangran pupilas que no cierran y encierran tormentos en tormentas desencadenadas. Salvajes, hambrientas de hambre, desmanteladas atracan alegrías a la postre.En los platos de agua y aceite ojos malos aparecen.Miradas que desgranan granulados rosarios en peticiones y pecados arrepentidos imploran salvación, el precio a pagar, paga Dios.
Maternal, única, porque madre hay una sola y eso no se discute. Madonna santa.
Hay pajas en ojos ajenos y en los nuestros un pajonal donde nos escondemos en subversiones internas lanzando munición pesada en fuga.
Que miran para otros lado, mientras esqueletos vivientes se muestran en las calles despobladas y ven como el frío aleja más que el desamor y los vientos los abrazan, los únicos que abrazan, en fraudulenta calidez en su desmayo, firme de mayo.
Visionarias lineas espejadas en paralelo espejismo en hospicios sanatorios que no curan ni con curas de extremaunción.
Apesadumbrada que pide auxilio sin pronunciar.
Amiga, la que cree sin ver.
De niños en tobogán,que entrena para el futuro, de niños que vuelan en hamacas de ángeles asexuados que perderán sus plumas pero no sus mañas. En calesitas,con la mira apuntándole a las sortijas esquivas asociadas a expertos golpes de muñeca. Vuelta y vuelta. El calesitero sabe quién ganará.
Miradas que nos embarcan, otras nos desembarcan.
Las que imploran por más, que se abren y se cierran, pujan y empujan. Dilatadas en el amor.
La cara de Dios.Miradas divinas invasoras que todo lo ven a toda hora,que pesadas son, sin sitios oscuros donde escaparse de ellas.
Las que gritan goles, gritan broncas, gritan socorro, gritan por gritar.Las que están donde se debe y son indebidas.
Oblicuas, tangentes, torcidas, desconfiadas.
Miradas en Miramar, en Miraflores, en miradores. Mirón.
En telescopios y microscopios sin diferenciarse.
Que permiten secretos a los avisados que saben leer.
Que se resumen a lo que resumen.
Que se apagan como estrellas y que continuan iluminando.
Miradas negras que se permiten ser olores y ruidos.
Miradas perdidas, desaprovechadas en pantallas de celular.
Hombres mirando al Sudeste esperando sudestadas.Los del Norte no miran para acá.Tienen su propio norte. Miran por encima del hombro desde una altura considerable.
Son naves que imperan por posar para imperar.
Nos restan los ojos en las nucas y desconfiar.
Mundo de reyes tuertos muertos que ciegos reinan y nos guían en antorchas incendiarias por su oscuridad..
M.O.V.
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