Miraje miraculoso mirable admirable.
Un mar acabado que no se acaba.
Piénsote nadando en él.
Y en sumersión en mí.
Sumamente sumadora, nadadora.
Me asumo y me sumo a vos y en vos, respiro.
A lo sumo, retirada, te sé en mi horizonte redimido.
Sé té en todas mis mañanas y meriendas amodorradas.
Infusión en atemporado atemporal lenificado, en un moroso amoroso.
Moro en tus brazos en abrazo de madre ,soy fruto marojo del madroño.
Fresa silvestre que me humedece la boca, suculenta y sustanciosamente, vos sos.
Independiente de donde estoy y a adonde voy, de quien soy, estoy íntegro con vos.
En lotérico caótico cosmos en dispersión y expansión, me saqué la suerte grande por ventura.
Aguzado en lo más agudo a través del agujero de una aguja, te veo en lo que permace infinito.
Permeable, abosorvente, esponjosa, penetrable, persistente permaneciente.
Vuelvo al sitio donde te encontré curioso con la escena del crimen.
Qué no será penado ni penoso, por el contrario, risueño en sueño.
Cala hondo tu calor en calofrío, tu color cala en flor, “copo –de- leite”.
Afilada felicidad nos recorta en difíciles figuritas felices sin dudas posibles.
En collage pegado, engrudado junto a ti en manifestación estética artística.
En interactivo entero incorrupto sano sanado, en ecuánime virginal cabal acabado.
Cambio tu nombre por otros y todos los nombres son el tuyo en las canciones de amor.
Paro y reparo este tiempo, de reojo, ex-reo reabierto, relojero con reógrafo rearticulado soy.
Encajo entre todos los engranajes con la magia y superstición en ritos de fetichismo metafísico.
En la gentilidad de la genitalidad, en la mitología del paganismo del politeísmo. Mi Diosa, vos.
Manifiesto, evidente y notorio, palpable y patente ,ya nada me parece oculto.
Lo antojadizo, lo caprichos, la belleza veleidosa, lo voluble, adquieren sentido.
Y ahora, para la mayarío de las cuestiones encuentro las respuestas.
Es así mismo, mismo así que parezca que ya no respondo por mí.
Por qué? Porque sí, por qué no?
M.O.V.
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