Foto: Cátia Ribeiro
El maremagnum llega indefectible.
Hay problemas de cartel con el maremoto.
Un entre al diario vivir entre tanta periodicidad.
Lo que rápido viene, rápido se va. Desvanecer de dudas en deuda.
Limar las asperezas, las aristas de la tristezas, las puntadas de dolor.
Mechones como manchones de pasto en la memoria polvorienta.
Olor a lustramuebles, brilla la madera artificialmente y recuerdo.
Desperdiciado, aprovechando para vestir santos.
De organdí y orgasmos al Shambhala frígido.
Bicho feo,bicho feo,bicho feo, está que trina.
Al cabo de un tiempo, un día cualquiera.
Quizás vuelva, bien, eso nunca se sabe.
Audaz visión fugaz en el rabillo del ojo.
Indefinido sin definición en diferido.
Se viene finalmente la final.
Levantándose en el muro.
Oscuro, me oye el hollín.
Me gana la malagana.
Anóteseme un poroto.
Fama de lo más infame.
Se nos acaba el deseo.
Qué se ponga mejor.
Adónde más duele.
Es más que sabido.
Esmog de esnob.
Desapareciendo.
Locazo el ocaso.
M.O.V.
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