Maradoniano

A un dios, todo le es permitido.

Omnipotente.Que todo lo puede.

Omnipresente.En todas partes a la vez.

Omnisciente.Que todo lo sabe.

Soy maradoniano a ultranza. El fútbol, esa pura ideología casi religiosa que traspasa los límites geométricos de las líneas de cal, de afuera hacia adentro, de adentro hacia afuera,

simbiótica. Es el sentir del potrero empotrado en una quema, el terreno terrenal del baldío incrustado de culos de botella, un retazo de plaza usurpada, espacio de pastizales acostados en los costados laterales y polvaredas en el círculo central , por el medio y en las chicas áreas.

Un Diego. Diez. Dios es perfecto, posteando posverdades postas.Ahí está la madre del borrego!

Irrumpió de carasucia cebollita que no hacía llorar. Bichito colorado de la Paternal de los que pican y le dejan ronchas hasta a un Loco Gatti.Bostero nato se subió a la barca de Barça. Camorrero, se fue al Napoli.Amansando y amasando la pelota que no se mancha, muertita a sus pies, de gambas cortas y gambetas para adelante, de bolas bien puestas, para dejar pagando en fila apilados y desairados a troncos zagueros en soleadas tardes de domingo, al Papa Juan Pablo II iluminado por el refulgir dorado oro del Vaticano,a la mafia de la FIFA bajo reflejo de los cobres afanados en las sombras los mediodías mundiales, a los Estados Unidos brillando de bombas, cuando quisieron comprarlo con cien palos verdes para levantar la bandera tricolor de estrellas, la misma que ahorcó en una corbata al Rey Pelé, al cartonero Macri que en este presente nos tapa con diarios, a los poderosos y a los apoderados. Querían la chancha, los veinte, la máquina de hacer chorizos y el piolín. Los reventó a la tribuna, a cara de perro. Si no te gusta, te lo grita en la jeta, con la bronca sorda ronca. Zurdo. De pierna izquierda. Zurda la mano de Dios. De arrancadas siniestras, irracionales y vertiginosas Paradójicamente y no contradictoriamente, su brazo derecho es el Che.

De pedrigee villera, familia que bajó del norte, que cargaron su interior para vestirlo al revés en la capital. su pesebre, un casebre de amontonados hermanos.

Frente alta, pecho hinchado que infla corazones de las hinchadas barras en los paravalanchas. Mirada del boxeador Alí en el cara a cara del pesaje. De paso canchero, porque así se bordea en las márgenes de la ciudad.Amigo de Fidel y los cigarros. El Rey brasileño y Reyna, lo amolaron con palabras y patadas.Se fue de boca y de boca en boca, el mundo lo reza.

De prurito purito conquisto su imperio con su don.Don Diego tal vez ni lo soño.En el verde césped, Emperador.

Les tiró a los que le tiraron, con balines y palabras.

Como la calle es pública, les estacionó el Scania azul en las narices a los conchetos de Barrio Parque. Travesura permitida a un chico sonriente, revancha de su infancia.

La irreverencia tiene un precio, y le pasaron la cuenta. Paga Dios. Le hicieron la cama a la que lo llevo una enfermera de la manito.Le cortaron las piernas. Escuchó el canto de las sirena cuando se perdió. Lo crucificaron. Resucitó y entero la siguió moviendo.

Tuvo sus milagros. Invocaron su nombre y a médicos voluntarios salvó en guerras.

Fortunato, cosi cosi.

Irreverente.

Chamamé, Tango, Rock y Cumbia. Diamante multifacetado.

Es dogma de idiosincrasia argenta, hechos a imagen y semejanza, aunque pese la cruz en el via crucis que vivimos en el sótano del mapamundi. Me caigo y me levanto.Geniales y groseros. Argentinidad al palo. Cuando se vive al palo, se siente más de lo que se piensa. No se pierde ni a las bolitas.

Gente simple y al mismo tiempo complicada amarrados en ramillete albiceleste venido de las canteras del plata.

No se bajan los brazos ni hasta con la bandera a media asta.

Contala como quieras, y después contásela a Magoya.

Y si no te gusta, andá a cantarle a Gardel.

Maradona, Gardel y Lepera.

Colgó los botines y dejó a un Mesias ocupar su lugar en las canchas.

El Diego, un corolario coronado, no precisa ser explicado.Él nos explica.

M.O.V.