“Yo anduve siempre en amores...
Agazapada entrada encogida acecha bajo una puerta enderezada.
Acechanza de esperanza forma del amor carterista cartesiano.
Hundida bajo el porteño aroma esa maroma de amor aflora.
VIA AÉREA. PAR AVION. Verde amarela.
Arribada. Recalada. Aterrizada.Llegada.
Acelerados mis pasos, corazón saltimbanqui, emoción del reencuentro.
Fiebre del heno fresco en bucles. Flor de la vida, flor de papel timbrado.
A ti te traes, te traes entre mis manos. Dos veces, dobleces, desdoblados.
Ansiedades, el ciego desasosiego vuelve a ver con una pizca de tu luz por el sobre desgarrado.
Callada, intercalada, calada fotografía. Sonrientes ojos y cachetes y pómulos y boca. Figuraté.
Caprichosa letra cursiva que me lleva con ella de viaje. Se lee rápido, de corrido.
Perfume de dulcedumbre lágrima aguada en la tinta corrida acuarelada.
Musitado sonrosado sonrojado transparentándote en enaguas.
Noticias como novicias viejas rezagadas que demoradas llegan.
Alta en el cielo. Dueña de Dios. Soberana de mi libertad de querer estar preso para siempre.
Besalamano, amor de labios carnudos en la carilla.
Néctar derramado y ramas extensas abrazan.
Pecho adentro tronco ahuecado acurrucado distanciado.
Cuerpo de poesía explícito. Se arrima y rima.Tocas las vetas intimas sin un único toque.
Cicatera cicatriz. Rascada cascarita en solitud compartida.
Llaga en llama viva llega y quema y en otra carta devuelta regresa intensa recargada.
Vienen y van. No viajan solas llenas de equipaje.
Consuelo desnudo el ausente arrullo del dormir inerte inerme inherente y su ficcional friccionar.
Calentita ternura de la siesta en espera remolona en cucharita vacía. En fetas, fetal.
Vano vaho del halo casto en las manos de invierno en sabañones, no calienta.
Hambre insensato insaciable inquieto. El alma en el almanaque.
Días contados.
Ceibo sepa que habrá flor por unos años y que secará tú corazón.
La última luz de tus ojos en la lucidez de la víspera.
Sabiduría del que sabe que se va.
Enseñas y te despide en señas.
Y no me acuerdas por un tiempo.
“Se fue de mis cosas”...
Dormido, el sueño acabó abollado.
Unánime el dolor.Tristeza concomitante contaminante.
Cerciorándome, cercenándome, amputándome.
Desalmado echado al viento echado.
Juego bruto, jugo rústico doliente.
Con todas las cartas en la mano, a mano a medias.
Universo circundante circular circulando.
Sé que viene un día a decirme quién soy.
El cartero llama dos veces.
qué me van a hablar de amor”.
M.O.V.
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