Jarana

Jaranas y enojos.

Jaranas jacarandeadas.

Enojos repodridos.

La verja los baraja en el vergel.

Antigua ambigüedad pertrechada de interinas incertidumbres, de indistintas interpretaciones.

Grato rato el que se burla de la ratonera del tiempo lineal fructífero.

Al pan y queso, disputados los instantes de gloria.

El negocio niega al ocio.

Trabajar del latín vulgar “tripaliare” es tortura.

Atosigar placentero para los convictos esforzados.

No hay más talles para mí, para vestir la camiseta de la empresa.

Sin saber bailar, entonces, no bailo conforme a ninguna música.

Soplado al oído, oído al pasar, de un soplamoco.

A las palabras se las lleva el viento.

A qué aspiramos cuando aspiramos?

Apiñados consultorios sin consultorías ni especialistas.

Tabúes en ataúdes.

Curioso mirón curioso. Voyeur de tus depravaciones.

Contemplativo pero sin contemplaciones.

Fisonomista, te adivino. La facha del facho.

Fotográfica memoria te saco prejuicioso.

Aprendiendo a morderme la lengua ante el intento reflejo de colonizar. No escarmiento.

Inútil desterrar del terruño la arraigada ignorancia adiestrada.

Rastreador arrastrándose a ras del suelo. Escucho latidos.

-Ladran Sancho-

Están llegando.

Prueba piloto con piloto de prueba.

Una vuelta y otra vuelta más. El viaje. Coitus interruptus.

Sonría, los estamos filmando. Flasheados.

Si yo fuera Maradona viviría como él.

La vida es una tómbola.

Corriéndole a la enajenación.

De contraataque le juego.

Te marco la cancha con cal viva.

Canela , alazán, cobre, pardo.

La malaria sin vacuna y sin cura.

Para muestra solo basta un botón.

No lo soñé.

Que el infierno está encantador, este infierno está embriagador.

Jijiji.

M.O.V.