Inconsciente vivo.
Haciendo la vertical contra la pared.
Del otro lado de la medianera tirándome unas bolsas de desperdicios.
Una casa con diez pinos, hacia el sur hay un lugar.
Ahora mismo voy allá y te cago a trompadas.
Frecuentadores del pasado aguardando una visita de médico.
La eternidad existe en el subconsciente tomado por sorpresa.
Sempiterno terreno plantado de vivientes recuerdos eterizados.
Longincuo longilíneo longitudinal, atravezada transversal travesía.
Antena alerta en el techo a dos aguas soleado.
Habitaciones habitadas nunca visitadas.
Mezquinándoseme su presencia.
Desdibujada esfumada difuminada.
Bombeando bomba de tiempo bombando.
Arde y quema la mecha en ensayo general.
Suenan despertadores que nos suenan.
No se puede contener con tu tener.
No todo se puede, aunque se desee.
Es como mantener la vertical.
Cortarme solo. Unos tajitos al atajo.
Pedazos de mi, del antes, de la última hora de ahora, lo de siempre será.
Trisagio trisado en tristura triturada. Alear de golondrina.
Pulsión de muerte persistente, perseverante, insistentemente.
A no bajar los brazos en brazadas o abrazados.
No me queda más memoria. Algo habrá que deletar.
Estado de coma. El morfi, porfi. Para ir tirando, un copetín, el vermucito del domingo.
No me rompan más las pelotas. Rudo ruido infernal. Bajame la música, querido.
Resolver con un revólver es revolver más en la basura pudriéndose.
Olvidémonos del tema. Dale vuelta a ese disco rayado. Lado B, ladeándose.
El consciente inconsciente, está muerto.
M.O.V.
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