En napas profundas el agua de tomar fresquita y transparente.
En ajados mapas, arrastrados orígenes y destinos posibles ojeados.
Distinguir lo que ha de ser distinto y distinguido.
Qué percha la de todos. Clavado el clavel en el ojal.
Avisa la brisa que tiene prisa. Haber cruzado a nado la mar, para amar, su hado.
Una palabra, dame una palabra de significado oculto.
Escucho mucho y no oigo nada. Las fotos parecen mudas silenciadas.
Uno de San Lorenzo.Uno de River.Uno de Chacarita, él decía.Uno de Racing.
Doña Rosa hinchaba por todos.Todos hinchaban por ella.
-Arriba Doña Rosa! -El manco de la cuadra levantando su único brazo.
Justiciera justicia ajustada por mano propia de la matriarca en Capital Federal.
Ya en Villa Bosch rojas rosas chinas en la entrada bendicen la bienvenida.
El entre es por la cocina, azul claro azulejado y por los tarros llenos de galletas surtidas.
Paredes enyesadas. Parquet abandonado en la sala. Aporta la ventana cortinas bajas y penumbra. Lo combinado, el combinado toca tango. Contrabandeado también sale un rock.
La luz llega del jardincito al fondo. Naranjo, ciruelo, limoneros. Silloncitos de hierro.
Cachuza madera en mesa abajo del árbol. El pasto despeinado.
El galponcito y sus tesoros semienterrados expuestos y explayados.
Toda la carne al asador. Humo asado, la grasita de los chinchu y los choris.
Damajuana con el tinto de San Juan. Peronizados almuerzos domingueros.
Camiseta de algodón sin mangas en pleno invierno bonaerense, Don David.
Fasos en los labios, de todos y todas. Otros humos humeando en bocanadas.
El tiempo se suspende suspendido en la siesta casi por obligación.
El despertar con unos amargos mirando al piso, acto reflejo de reflexión.
Aceitosas pizzas por la noche de la pizzería en la estación.
Salen dos de jamón y morrones con fáina. Se peleaban para pagar.
Alejados los griteríos de antepasados conventillos, el griterio ahora es apropiado.
Qué me contursi de las sabrosas migajas desperdigadas en la sobremesa filosófica barrial?
Cómo cuesta formular el cuestionario que sé, no me van a contestar.
A dónde se posaban sus miradas remontadas cuando no se quería llegar a ningún lugar?
En qué sitio distante los pensamientos se hacían importantes habitantes domiciliados?
Qué flores y que olores los hacían parar por un rato para recordar lo recordable?
Y qué hay de los amores y desamores, de las decepciones sin excepciones, de las felicidades entristecidas? De las pataletas, rabietas y malasangres que atacaban directo al hígado y al corazón? De los antídotos curanderos a lo que no tenía ni nunca tendrá remedio ni solución?
De los endeudados dolores saldados y adeudados? De las agitaciones atoradas liberadas?
De las tongas y las milongas,de las impagables alegrías gratis adueñadas por pago adelantado?
De los escarpados senderos de cascajos que tuvieron que trillar para recoger su magra siembra?
De los matorrales de arrabales que debieron sortear sin suerte y sin números para poder ganar?
Dónde han quedado las invendibles inventariadas inventaciones para no perder la dignidad?
Arropados con qué ropas, en descalzos calzados, se despredieron a la última caminata sabiendo que no irían a retornar?
Quién responde a mis preguntas ahora que soy grande y puedo preguntar?
Atenderlos y entenderlos es lo que más quiero para entenderme entre saltos y sobresaltos en esta rayuela de tuertos, desorejados, ñocos, cojos, rengos y amputados.
M.O.V.
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