Aquel aquelarre que desempoma rayos y centellas iluminando para ver realidades e irrealidades.
Desnuque que no fallece, desfallece, teatraliza.
Ósmosis terrenal en el jardincito del fondo.
Baten corazones en las bateas, motorcito de escaso mantenimiento.
Alucinado lunático ofrece flores con carapacho de algodón.
Lavandería en terruños que no lavan, perfuman.
Enjuago y escupo esta racha que me tormenta. Y cómo llueve.
Me atraganto con esta eufonía escuálida, mas auténtica.
Esta hora, acurruca tiempo en la arenera. Meollo de cardo de comer aguarda agua en mi boca.
Foráneo dentro de mí se adapta desde las sombras imperando y me sorprende en un otro que no era en esta era.
Descorro la luz para que corra suelta. Cariñosas las hojas con la brisa que pasa enceguecida sin ver atribulada en su recorrida que es ruta veloz de ciudad.
Libre en librería. Parientes entre paréntesis.Todo en su contexto.
Cuántos espantajos plantados en harapos desparramados en campos arados áridos antirreglamentarios. Esto no se hace. Esto no se toca. Esto se puede.Esto no se puede.Errante voy, errante soy, sin capas ni efectos peculiares entre el yo y el super yo. Libido.Vivido.
Hado que en hadas se traviste. Es el sino el signo que alerta si no nos permitimos ver, sino, el silencio.
Vislumbrándote extensa. Vislumbrándome capicúa.Calumbrientos, sudorientos y luego centrifugados.
Firuletes reumáticos pedigüeños avisan la humedad.
Chabacana y chamuyera esta sociedad de millones de socios minoritarios. Menú del día.Vino de la casa.
Lecho lechoso de este río que no acaba en ninguna mar.
M.O.V.
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