Todo tarde o temprano aparece.Hasta la mentira, aunque demore. Qué aparecidos los desaparecidos, que mismo sin estar, están.
No hay abracadabra más eficiente que el de un estado figurativo,de galeras negras y oscuras donde se esconden a los que molestan, a los pensantes, a los artistas, a los comprometidos.Suerte de palomas y conejos.
Quienes desaparecen son rostros después,anónimos sinónimos de patria y patria somos todos. Son fotografías idénticas a la de la identidad en muchos casos, una identidad que no es documento, es conciencia y consciencia.
No están en las cajas de hallados y perdidos.Ni en cajones.
En un punto es mejor así.No verlos peor que a perros, con armas implantadas y razones desfiguradas. No son mostrados como espectáculo macabro de la victoria sobre el enemigo.Mismo que, como el Che,merezcamos que nos miren desde un mirar apacible ,de quién se sabe bienhechor. Las heridas son manchas apenas y que es una mancha más para el tigre. Convictos, del latín convencidos, no nos confundamos.
Pedimos por juicio justos.No existen juicios justos cuando es la justicia la que está faltando y jueces con el poder del poder.El martillo golpea, recalca, remacha a los mismos. No existen justos cuando te encuentran con violencia, sin mediar palabras.Para quién aprendió a seguir ordenes no existen vocablos, ni cuestionamientos, mucho menos discernimiento dentro de uniformes.El brazo manco de la ley.Nos barajan y nos dan de nuevo y las cartas,repetidas.Y juegan con fuego .El fuego causa un efecto fascinante desde la época de las cavernas, no tan distante.
Existen madres que lloran.Locas todas ellas. porque es una locura endémica permitir apagar la luz que debería iluminarnos.Desesperadas, cansadas de esperar. Se arrastran de dolor en rondas de circular.Abortadas sin querer.
Están los aparecidos también,los que no pesan tanto en las conciencias, los que aparecen en las villas acribillados, por chorros, en algo andaban, se juntaban con tal y cuál. Disculpas que se aceptan. Esos villeros de mierda. Cabecitas negras, paraguas, bolita, que se creen? Hay que matarlos a todos.
Y eso está bien.
Viven chupados y falopeados.Y por eso son chupados.Marginales.
Grietas, no, precipicios.Para estos, las fotos son ajadas, a veces ni fotos tienen, ni quién las quiera mirar. O son incapacitados de mostrarlas. Son feas. Todos feos.
Para las neogeneraciones, neoliberales, extirpadas hasta la raíz de sentimientos e ideas, estos terroristas aterrorizan. Incomodan, por su firme violencia, la de querer pensar o la de existir. Molestan en los aeropuertos, en los restaurantes, molestan porque comen y beben. Molestan porque su cultura no es cultural. Molestan en las universidades porque si quieren pueden estudiar y competir también. Incomodan sus estufas y pantuflas para el frío y aires buenos para respirar los días calientes. Y pueden, y esos, no pueden. En las villas miseria. Miseria.
Méritos. Solamente las clases privilegiadas los tienen, exclusivamente, como sus ropas, sus viajes europeos, sus coches que llenan sus vidas de paisajes pintados a mano y las avenidas de los próceres de antaño y sus copas vacías se chorrean hasta derramarse de futilidad.
Y hay presidentes bailarines, futboleros, fiesteros con bastón de mando en las manos, desafiantes, al mando de cipayos adoctrinados hambrientos de venganza por ver a otros, los nadie,sonreir, los carasucias con sueños nuevos,Sueños ya gastados y descartados para las altas clases.Gobernantes de varitas mágicas y nubes lacrimógenas que reprimen.Rencorosos son, por no tener ni siquiera un único ideal noble. Son los menos.Los elitizados, los venidos a menos culturalmente.O era sólo una pose, para la foto.
Y los medios, en el medio, mediocrizados, se hacen los tontos. Les conviene.Tienen su tajada.Extorsionan, exhortan desde el libertinaje. La veracidad es virtual.El cuarto poder y su posverdad. Como si hubiera algún poder presentable. Dichoso del que no precisa del poder para poder ser feliz.
Qué no nos engañen más, todos sabemos que no existe por arte de magia, son sólo trucos. La realidad es otra. La de los ilusionistas del sobrevivir.
Estamos grandes para quedarnos atónitos, extasiados con el mago de turno y su bella colaboradora, qué estos desaparecidos no vuelven más. O vuelven siempre para recordárnoslo y nunca mueren.
Escondamos el polvo del que venimos y al que vamos debajo de la alfombra, que no aparezca.Desaparezca.Finjámosnos civilizados.Fuimos derechos y humanos y lo continuamos siendo.Y que siga la fiesta de banderas, pitos , matracas y globos.Muchos globos.Un showmatch eterno imbuido de imbecilidad, de super producción
Nos ausentan, nos desvanecen, nos deshacen.Hay que dejar de ser público y hacer público lo hipócritas que podemos ser.
Y pienso mientras exista.
Qué picarones los desaparecidos, en realidad juegan a las escondidas que no acaban por mapas de un mundo abierto y lastimosamente, nunca llegan a cantar piedra libre para mí y para todos mis compañeros.
M.O.V.
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