Bañados en bañados las patas y los teros. Esteros de Iberá.
En el monte el hoy del cordero de Dios en corderoy.
Sus varas de diferentes medidas y tamaños desenfundadas.
Pescador de los pecados del mundo a la pesca como el pesquero del área.
No se hacen de santos los santos. Tampoco digo que no lo sean.
Remanido remar hasta las manos. De bote a bote. Mar de gentes.
Acá, se juega fuerte. A todo o nada. Hasta la muerte.
Honesto conmigo mismo, traje mis propios dados, cargados.
El treinta y ocho también. En la cintura. Por si hace falta. Por las dudas que tengo.
Se fuma más para hacerse humo que por placer debajo del alero. Para quemar el tiempo.
Autonomía en la autopsia a la anatomía del instante.
Soy lego letrista, médico legista letrado.
Es el sosiego el que nos mira desde adentro para adentro.
Es ahí donde llega la desviada vida y sus cachetazos sin mano.
A uno por uno, nos caga a trompadas. Sin excepción.
Acostumbrados a lo que hay.
Extraordinarias vidas extra ordinarias.
Gustos y disgustos anotaditos en la libretita del fiado.
Litisconsorte la corte y los poderosos. Ajustada justicia.
Cohorte de males, dedos largos, agarrándonos del cogote.
Ahorcado apriete de la corbata a la nuez de Adán.
Colgado, pendulando con la lengua tirada para afuera.
Ablandándolas, hablándole a las paredes.
Reparándolas, reparándome.
Quizás me escuchen.
M.O.V.
Komentarze