Desnudo, berreando, desperdigadas desde sus manos las bolitas hacia la vacua nada ínfima infinita, cansado de jugar descansa en el séptimo día.
Año sabático eternizado en el eter de los tiempos, rascándose bien las bolas apreciando su pretenciosa obra inacabada.
Qué lee Dios cuando le place?
Chapuceros, tahures, truhanes, rufianes le dan letra.
Lo entretienen con historietas, comics, tebeos. Monólogos opiáceos. Mentiras verdaderas.
Develadas revelaciones en novelas capituladas.
Poco entiende, se está alfabetizando, el perezoso autodidacta.
Prefiere el cine interactivo, esos filmes en los que se decide la trama y el desenlace a voluntad.
Chiche nuevo. Juguetitos en sus manos, su mayor creación. Nos estruja, nos amasa, nos desmiembra, nos desmenuza alimentando su apetente curiosidad por saber de qué estamos hechos en realidad. Barro tal vez.
A los buenos, a los sumisos, a los dóciles subyugados, a los penitentes humildes cabizbajos, abatidos alicaídos,deja que se le acaben las pilas, le aburre tanta mediocridad y borreguismo.
Por el amor de Dios!
A los aciagos estropeados, nefastos funestos, nocivos dañinos, petulantes latosos, les da cuerda, perseverante y perversamente. Le atraen, con su lustroso brillo mágico reflejado, la imperfección, lo mocho, chungo, roto, averiado, escacharreado, desfigurado, lo podrido, lo marchito, lo pasado, lo enranciado, lo echado a perder. Disfruta del espectáculo yendo de la cama al living y viceversa. Más allá del más acá.
Veleidoso, berretinero, mimado, malcriado, caprichoso, ñiño ñaño, intempestivo impetuoso, celoso remordido, bipolar, castigador y vengativo, es divino. Juventud divino tesoro.
Perenne ego perpetuo. Adora adoraciones. Le encanta un quilombito. Luz que no alcanza.
Incomprensible incomprendido.
Incongruente incompetente.
Ilimitado sin límites.
Irrespetuoso respondedor.
En el fondo, sin fondo.
Tiene sus intermediarios. Viven de él y cobran entrada prometiendo una salida.
Confianza fidedigna. Creyentes clientes con fe. Reliquia en relicario, religión en venta religiosamente ofertada.
Creo que sí, creo que no. Opino, no afirmo, en la fila del confesionario.
Oídos sordos, ni una palabra dicha, ojos cerrados.
-No me hinchen las pelotas!! Ya les concedí el libre albedrío!!Qué más quieren?-
-A llorar a la iglesia o al muro de los lamentos, a la mezquita, templo o en el rincón más oscuro del cuartito donde nadie te pueda ver, ni yo, que ya no te puedo ni ver-
-No me vengas a escorchar y andá que te cure Lola-
Se despierta, vive y se duerme solo, sin ahorros ni arrorrós.
Larga la guitarrita.
Crecé nene, hacete hombre y hacete cargo.
M.O.V.
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