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Foto del escritorMario Vidal

Carreta chueca


Sus viejas historias,señora, sus viejos relatos, estoy comprando, señora!!! Sus diarios viejos de joven, señora, sus anécdotas perdidas, estoy comprando, señora!!!

Abandonao,megáfono en mano, chatarreando en carreta chueca de ejes desengrasados, voy comprando, pago bien.

Dejemos decir, desembuchar, desahogar, buchonear, reprochar, reclamar, contar.

Las verdades verdaderas de los chicos, de los borrachos, de los chiflados del moño.

Cuánto callar en los callos del alma de quién calla en sus cayos aislados. Seres de coriácea corteza curtida por sales y soles que aguantan estaqueados estrellados a la luz de la estrella mayor. Seco el garguero de gargaras de ginebra engullidas gola abajo con los dichos que se ahogaran sin salir a flote.

Los labios que prenden y no aprenden a soltar verbos, accionar las acciones, se mustian y se cuartean.

La pulpa de opiniones enfrascada empodrece de a poco a los corazones vivos. El carozo, sobreviviente, hablará en otras perspectivas en hijos,hijastros, ahijados.

Anticuerpos en lucha cuerpo a cuerpo con lo que nos guardamos, carcomiendo y roendo las hilachas de las entrañas.

Prorrumpir lo que ahorcado está, collar de soga en el pescuezo. Desatanudos virgen escanciadora de bebistrajos fétidos de apalabrados no tragados, embarazados.

Acabemos con ese capear hasta capar la aficción por la dicción.

Cuántas hagiografías que deberían ser escuchadas y terminan en obtuarios redactados por oscuros otros.

Quitate la hoja de parra y narra exfoliado lo hondo que te acongoja, sin pudores.

Calderón de la barca que se marea, que navega, calienta y coce poesías que no serán recitadas, por vergüenza, en un pesaroso acabar, quemadas y naufragadas.

Suelta esa lengua presa ceceante, sin cesar.

Jesús, se escapa de un templo, apedreado, amedrentado por el poder de las palabras.

Te lo digo a vos, voz de los que no tienen voz. Los dedos de los mudos.

Hombre común cuenta sobre tu comunidad, calzate de tus medias palabras, entéranos con tus palabras enteras.

Sin grandilocuencias, las historietas entretienen desde cuadritos asimétricos.Moralejas de finales abiertos, condimentadas,terrenas, de pieles, de carne y hueso.

Griten sus artificios, berreen sus dolores, chumbando los rabiosos, que nos atiendan los que se fingen de sordos.

Soy todo oídos, oreja para el que se queja.

Los ejes de mi carreta, nunca los voy a engrasar.

M.O.V.

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