Amanecida sufragada libertad naufragada.
Agrietado grito desde la grieta.
Hemorragia en pulsante vena abierta latina emborrachada.
Sombría sombra sobria proyectada.
Me levanto marrón oscuro como tierra, negra, como humus que germina adentro.
Encrespada, espinoza flora, chañar sin pestañar a la acre sequía mugrienta.
Raíces hondas para sostener el inmundo mundo desvencijado, vencido, desbalijado.
Sabia lechosa amamantando degenerados amorosos.
Fruta madura que se abre prohibida y se lame y relame sola.
Hija de la Pachamama, mujer carnuda de pie ante el genioso árbol patriarcal talado e incendiado.
Indómita yegua amazona.
Desafíante a las llamas como el martirizado nordestino.
Pobre, igual que ayer y mañana.
Entraña de Minas explotadas y violadas.
Río, de sangre de carne negra.
Paraná que baja podrido, revuelto y pervertido.
Herejizado Santo, San y Santa.
Cielos satinados rústicos resistentes enfrentando desatinados.
Endemoniada democracia.
Amen, de las religiones paganas libres contra amén de errada fe herrada.
Cambiando figuritas.
Vía crucis por carnaval. Millones de caretas en el piso y deformes caras apareciendo.
Marchas por machitas.
Intelectuales fascinantes por ignorantes fascistas reinantes.
Sistemática obsesión matemática abstracta por el vuelo suelto natural de las artes humanas.
Adiestrar por educar.
Militar es verbo.
Profesor, criminal.
Quinientos años atrás.
Hoy por hoy.
Brasa roja Brasil, no te dejes apagar.
M.O.V.
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