Juntos a la par.
Le he pedido tanto a dios.
Villa, favela, ghetto, cinturón de miseria, barracón, barrio marginal, invasión,ciudad perdida.
Suburbios infrahumanos.
Yema impura del huevo podrido.
Blasfemias llaman a tu puerta. Pescado estupefacto putrefacto el que se vende de ellos.
Niños bien que te quieren mal. Las pisan sin haber pisando en ellas.
Cogida por brazos armados.
Con razón se marcha preso igual. La yapa de la yuta.
Del amor al odio en un solo paso, se vive y se muere aquí dentro.
Se trabaja de esclavo pero se trabaja.
Juega juerja este juego mientras se pueda jugar.
El ahora. El hoy. Sin pretéritos, sin futuro.
Cadencia candente. Ritmo caliente. Chapa quente.
Chispa que enciende altas fiebres que no bajan.
Arden en las pieles.Trepan por las paredes. Se sube a la cabeza.
Arrebatos de avidez desbocados.
Boca seca, sangre en el ojo.
Maroma que revienta pechos que implosionan.
Se bebe a grandes tragos los estragos que de cualquier forma vendrán.
Amasado masacote de marginalidad en atelier de economista internacional.
Chucho de miedo frío.
Intemperie entre chapas tirantes y cartones. Brasero que poco abraza.
Pañuelo de mocoso se hace manga.
Se come lo que hay. Si hay.
Se viste lo heredado.
Educa y endurece la bruta escuela de la calle.
Cultua las caderas de su presente. Cumbia, funk, rap, reggaetón. Su misma lengua.
La ley fuera de la ley, propia del lugar, se respeta.
Comercio ilegal como el de los bancos y empresarios. Aquí se castiga el pecado.
Barrilete, cometa, papalote, pipa y sus volteretas.Son los sueños que vuelan más alto.
O en la Play, que no deberían poder tener.
No los dejan ni aprender a soñar.
Álbum de figuritas incompleto.
A pesar de los pesares, se ríe más. A carcajadas para que se oíga.
Se llora en desangradas lágrimas desaguadas, a mares.
De metejón en metejón. Calentura le llaman.
Amores breves intensos.Embarazados.
Antojo que se queda en eso.
Hijos de diferentes padres diferentes. Crisol de razas.
Una de más o una de menos.
Vida objetada, sin objeto para las clases altas.
Divino mamporro el que las iglesias le dan a los morros.
Cielo plúmbeo.Atado con alambre.
Casita robada.
La inundación. El terremoto. El incendio. El vendaval.
Azotan exóticos aromas litoraleños teñidos de degradación.
Alquitrán en tempera derramada y respirada.
Aguafuerte del claroscuro social.
Hombro a hombro de cueros marrones curtidos.
Carniza y carcazas jóvenes.
Semisepultados gastados cuerpos que a nadie interesan.
Tapados de diarios. Muerte que no cuenta su crónica.
Identificados por los faltantes en su arcada dentaria.
Olvidados simplemente.
Oídos sordos a los sordos ruídos.Como una tapia quién debería escuchar.
Mudez por la nudez del alma en su doblez más extremo.
Qué no se diga. Qué no se vea.
Barridos banidos bandidos abajo de la alfombra.
Rencor que viene de leguas sin treguas.
Si cae la venda, persiste la ceguera.
Careta de encarar realidades en venta.
Parche para curar, zurcido invisible.
Conciencia para inconscientes.
Quedan de clavo.
M.O.V.
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