Ama de llaves, de puntillitas.
Novata imparable la mañana.
Inquieta hiperactiva hija de la noche.
Abre sus cortinas y nos pasa el plumero.
Semidesnudo desmontaje a la vejada vejez.
En paños menores, sin alaraca todo cagado.
De pelelas a pañales geriátricos hablamos.
Fogueada en su apogeo, la virilidad de senilidad.
Medio tiempo tiempo compartido tiempo medio.
Tiempo sidéreo, aéreo; tiempo relativo, pluscuanperfecto.
Los tiempos no cambian, apenas nuestra manera de sufrirlos.
Telaraña enreda en macramé afanándonos lo que resta de atención.
El acomodador, linterna en mano ilumina el oscuro tugurio sintonizándonos.
En la inmediaciones de la estupidez el entretenimiento televisado.
Reincidiendo encendido, le sigue el día pa´delante, a tientas.
Consecuente, olfateando los postes meados, fiel perro guía.
Propagandeadas oportunidades oportunistas inasibles verás.
Para colmo,estoy colmado de todo esto con el vaso cachado.
Presiente el presente su resetear endémico histérico.
Cuando seamos viejos, decíamos tan alejados.
Mientras tanto, tanto todo o nada.
Te la mandaste y te mandaste.
Sacadas conclusiones.
Repartir los puntos.
Nos llega la cuenta.
Después de los postres.
Un cafecito con azúcar de yapa.
Dos manguitos de propina, sobre la mesa, y al sobre lo que sobra.
M.O.V.
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