Alquitrán

Determinadas circunstancias distintas.

Somos parecidos pero diferentes.

Lo que se ve y lo que no se ve.

Lo que se va y no vuelve más.

Lo que pasa con lo que nos pasa.

Sucede lo que sucede a lo que sucede.

Mis irresponsabilidades responsabilizadas.

Bolaceándoseme en varias lecturas.

Criminalizadora es tu mirada altiva.

Levantar harapos como banderas.

En cueros, rechivados y en bolas.

Negros y espesos como el alquitrán.

Te digo que duele ser pueblo.

Es querer soñar en colores.

Bajo las luces de las noches.

Con la rebeldía propia del amor.

Es querer verse bien en los otros.

Atreverse a hacerse sin romperse.

Ataviarse de atavismos y activismo.

Lo más dulce en el fondo se amarga.

El sentimentalismo en simplicidades.

Estoy cansado de las simplificaciones.

Cuando aún le falta un componente a la ecuación.

Que puede ser una constante, un infinito o una aproximación.

Como ya sabrás, soy partidario de la aproximación.

Igualmente los resultados son inconclusivos.

Interpretativos como todo, en realidad.

Ahí me hablas en lenguas y de lenguas.

En cambio yo, escribo en lenguas muertas.

Y a mi lengua la uso para multiplicidades varias como lingüista.

En autorretrato, en autobiografía y en autoafirmación.

Más y más de lo mismo. La torre de Babel, un poroto.

Me llevo los bombos y los trapos, los choripanes y el chupi.

Todos unidos triunfaremos y como siempre daremos un grito de corazón.

M.O.V.