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Foto del escritorMario Vidal

Almafuerte



Un universo de posibilidades.

Alquitranes tan ahondados.

No sé muy bien en qué creer.

El llamado de Dios, ocupado siempre.

Atiende en Buenos Aires, larga distancia.

Auscultando lo oculto oscuro ocularmente.

Panorama panóptico, panacea.

Me viste mal y no te gusté.

Naturalizado inquietante.

Fuera de foco, foco de incendio.

Se nos van quemando los papeles.

Agredido agreste, triste terregal.

Arrear en el ríspido camino de ripio.

Liviandad redescubierta en la piel de gallina.

Almacabra, Almafuerte, almacén, almadén.

Encolado y clavado, encastre pulido, contenedor.

Hacerle mella a ella, la mina, que es de fierro, jugada la jujeña.

Leyó leyes y no las siguió. Qué quería su señoría Mantantirulirula?

Derecho a la desobediencia. Contrato de contrición contraargumentado.

Soy jugador de toda la cancha en todas las canchas, no me arrugo ni de viejo.

No fue penal. Todo teatro, no te hagás el artista y levantate de una vez, boludón.

Venerable vena artística vencida. Art noveau del opacado palacete porteño.

Minera multinacional estupra alevosamente a nuestra tierra.

Deturpado, depurado nada, el diputado cafiolo proxeneta.

Nacemos muertos, empero, comestibles consumibles.

El negocio de la carne es altamente rentable.

Poquitísimos ricos, demasiados pobres.

Espacialidades especiales quedan aún.

Hoguera de hogar encendido.

Hogar dulce hogar.

Leña y leña.

Calientitos.

Inviernos desabrigados y desabridos.

Vehementes vertientes de veranos veraces en veranada.

Con miedito a lo profundo, al ahogo, a lo que hago o dejo de hacer.

Estoy que no doy más.

M.O.V.

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