Che

No quería ser camiseta, ni cuadro ni bandera.Quería ser muchos donde nada de nada.

Jesus Cristo moderno endemoniado, sin apóstoles , sin libros sagrados. El David frente a Goliat malinterpretado.

Rojo sangre regada en escenarios polvorientos, aparentando muerte los terrenos desolados. A iguales luchas, nacidas ya perdidas, se enfrentaron.

El romanticismo es demodé, cincuenta años después. la historia lo cuenta. Enarbolándose a sí mismo en una gesta que le daba en la jeta al imperialismo.

Muerto el perro se acabó la rabia. Y la rabia ya no nos impulsa. Sin células revolucionarias, asistimos celularizados a un mundo que ahora más que nunca, no nos pertenece,somos alimento racionado. Duele el alma de los que deseamos un equinoccio de equidad perpetuo. Esta temporada equina nos salta y pisotea en este tablero de incontables peones y esquivos reyes y reinas.

Barba desprolija dejándose crecer libremente, raleada pero presente. Sonrisa ancha y precisa.Desinteresada e impensada respuesta latina, en sus cigarros de la Havana, a la propaganda comercial del Marlboro Man artificialmente creado. Montándonos.A caballo.

Horizonte en su mirada, cuando vivo.

Los mismos colores enfrentados. Una única estrella contra una constelación. Mitología aislada en una isla.

La Higuera y sus frutas acorazonadas, dulces hasta como la victoria. Siempre.

Paz en sus ojos , cuando muerto.

Quería ser él.Como yo querría.

Che, no entendieron nada.

M.O.V.